Me enmudece tu silencio
al menguar la luz en mis ojos
cuando la mascarilla asfixiante
pinta de blanco mi rostro.
Me da pánico tu silencio
al revelarse el fetiche del misterio
cuando la esperada sorpresa
desmiente la falsa inocencia.
Me lacera tu silencio
al caer «mis muros acerados»
cuando los amantes sin consigna
resoplan pompas de jazmín.
Me da vértigo tu silencio
tu silencio de niño.
¡Ay, tus silencios!
(TVB)