- Llegará el día que levantes la trompa como aquellos elefantes dorados que adornaban el portapapeles de su mesa de trabajo.
- Bueno, una vez que hemos visto para lo que sirve realizar un saludo legitimador de tartufos, es mejor permanecer a solas.
- Eso lo dices aquí, pero cuando te toque el turno, tú mismo sabrás ponerte en el lugar donde no caigan los copos de la fría muerte.