Tras prorrogarse el estado de alarma, un columnista formula, desde una tribuna periodística, esta incisiva pregunta: ¿Hemos perdido el juicio? Frente a esto, un “hooligan” del pragmatismo responde: Vale, sí, pero no el avión. Y otro “hooligan”, algo despistado, repregunta: ¿Y ya no puede recurrirse?