martes, 25 de diciembre de 2018

IRONÍA DE LA DECISIÓN MORAL ...

Camino, verdad y vida. 

Si dos cosas son semejantes o análogas, no por esto son una y la misma cosa; y si una cosa es «una» cosa, esto no la hace absolutamente «unilateral». Asímismo, que con las manos podamos coger cosas, no quiere decir que con ellas podamos coger la Luna. Para el ojo humano siempre hay ese momento de cara oculta de la realidad, incluso de una cara oculta de la cara de la realidad que se ve en ese momento dado.

Si pretendemos capturar cualquier realidad con una única e invariable mirada o percibirla en su totalidad con una especie de visión inmediata de todas las caras de lo real, entonces somos dos veces farsantes: una respecto de la realidad, al reducirla o sustituirla tomando una parte por el todo; y la otra en relación con nosotros mismos al concedernos mayores poderes o capacidades de los que estamos dotados o podemos llegar a disponer.

A pesar de todo, no debemos renunciar a mirar con el objetivo de la verdad, tanto de la verdad teórica como de la verdad práctica. Esta es un irónica decisión de raíz moral, tal vez la decisión moral por excelencia que señala el camino de una vida bella que lo sea hasta en medio de la fealdad. «Es la decisión -dicho con palabras de Leszek Kolakowski- a favor de una visión del mundo que nos abra unas perspectivas para hacer coincidir trabajosamente, en nuestro actuar entre los hombres, los elementos más difícilmente conciliables: bondad sin indulgencia universal, coraje sin fanatismo, inteligencia sin desesperación y esperanza sin ceguera».



(tvb)