A MERCED DEL VIENTO
Al viento, le abrí mis oídos,
y él me los llenó de susurros.
Ayer, el viento me hablaba
con voces que yo entendía.
Él me tendió sus brazos,
yo le dejé estrechar mi cuerpo.
Ayer, el viento esparció
su mirada, caricias y besos.
En ofrenda, le puse mis labios
para que él los quemara.
Ayer, el viento arrastraba
rumores de corazón latiendo.
Hoy, languidecen las estrellas,
y desde el frío abismo nos llega
el desvaído rumor del viento.
(tvb)