sábado, 26 de noviembre de 2022

«LUZ PROFUNDA»


Dejo nota aquí del último poemario recién publicado de mi querido amigo y poeta MANUEL EMILIO CASTILLO BONETE, a quien expreso gratitud infinita por su dedicatoria. Esta es para mí más que un sencillo gesto de amistad personal: se trata de una invitación a seguir buscando la clave de bóveda de la unión de todos los nombres. 

Manuel Emilio Castillo posee una torrencial e indómita voluntad de poesía. En sus poemas, cuanto más el «yo» parece imponerse y reinar a lo largo de la escritura, sin embargo, más desaparece en su permanente diálogo con la poesía, personificación esta de la única «divinidad» a la que el poeta interpela. La poesía va una y otra vez a su rescate, pero no como tabla de salvación, sino como esa gran ola que -sin hundirlo ni salvarlo- lo abraza en medio de la tormenta y la zozobra del existir. Y hacia el epicentro oscuro -donde todo se debate entre el ser y el no ser- lo acompaña una y otra vez -poema a poema- siguiendo los destellos de una luz profunda. Porque, ¿qué es SER uno en lo humano sino MIRAR? Amigos en el mirar. 

Como para no estarle agradecido, y aun esperanzado, por la virtud de su mirada poética. 


Feliz sábado. Salud. Abrazos. 

(tvb)

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Tres poemas de Manuel Emilio Castillo en Luz profunda:


POST DATA


Hoy no existe el tiempo.

No sé si fue ayer o futuro.

Si fuiste tú o una utopía.


Revivo mi inclinación, 

dejo que el atardecer me defina, 

como me defino yo.


Te entrego mi pensamiento, 

su incondicional respuesta, 

ante cualquier magisterio.


Seré siempre al que encuentres 

en el combate de mis renuncias 

o en el celaje del anonimato.


Cuando me vaya, te hallaré 

con ese rostro que lo dice todo.




RESPUESTA CONTINUA


Vivo en el hogar de mi lenguaje.

Ahí escondo mi tesoro 

y las cenizas de mis ideales.


Tejo reliquias y filigranas 

entre los ajetreos 

del sujeto y del objeto.


Retengo tu asertividad, 

su correspondencia, 

el rumor de los augurios, 

entregados a la noche, 

bajo un astro huidizo.


Allí te ofrezco mi sangre, 

sangre de esta guerra para sobrevivir.




LUZ PROFUNDA


Poseo el sol de la naturaleza 

y retengo lo que no entierra la muerte.


A ti dedico cada una de mis reservas, 

a la ilusión, a mis desmayos, 

a la conexión de mis exclamaciones 

y sus profundidades.


Tras la nada veré todo lo que ignoro, 

el sueño de mis sueños, 

la edad de mi renacer.


Presiento todo aquello que no me has dicho.

Después de todo, seré quien quiero ser;


mirada de luz profunda.




[Manuel Emilio Castillo, Luz profunda, ed. Vitruvio, Madrid, 2022]