viernes, 10 de diciembre de 2010

Poder y moral

Hay como una fatalidad que ahoga el primer impulso ético en el poder conquistado. De ahí la necesidad del segundo envite moral que empieza cuando se ha llegado arriba. Es la lucha contra uno mismo para no tomarse por bien de Estado cuando sólo se es una parte de la sociedad a su servicio.

(Reyes Mate, Modernidad, religión, razón.)