lunes, 9 de enero de 2012

LAS RUINAS DEL PODER

A Sebastián de la Obra,
querido amigo,  por su Eratóstenes.

El día del Juicio, si acaso ha lugar,

—me preguntas—

¿habrá buen Dios que ponga gloria

a su propia muerte?, ¿nos revelará

misterios de eterna redención?,


¿nuestro nacer y morir, 

humanas desgracias en soledad?


No pretendas saber más 

que la esperanza del mañana,

sombría alborada de hombres justos 

—que rescatan vidas inertes—,

insumisos al poder, y sin beneficio

de necias y  sometidas voluntades. 


Combate hoy —hermano mío—

por desnudar el mañana del ayer,

para que de estos malvados jueces

su propia iniquidad —otros,

bien dignos- se atrevan a juzgar,


libres de distópicas utopías,

fábulas que ya no han menester. 


(tvb)