[Publicado en Facebook el 18-12-2017]
La RENFE ya puede registrar su propia paradoja en la Sociedad Internacional de Lógica si es que existe.
La RENFE ya puede registrar su propia paradoja en la Sociedad Internacional de Lógica si es que existe.
Sábado
al atardecer, línea del tren de cercanías «Lora del Río-Lebrija». Subimos en la
estación de Dos Hermanas con destino a Utrera. Vamos a tomar unos vinos con
unas tapas.
Junto a una de las puertas del vagón, resalta la indicación de seguridad que comparto en la fotografía. Y pensé: «Menos mal que la lógica de la racionalidad lingüística no está falta de pragmática. De no ser así, en caso de accidente, no escapamos del tren más que con la ayuda de Raymond Smullyan o de los mismísimos Bertrand Russell o Kurt Gödel».
Para la próxima vez, ¿habremos de venir preparados de casa con un martillo, una piedra, etc., o utilizar, por ejemplo, los tacones de los zapatos o el pica billetes del cobrador? Porque si no, y nos atenemos a las estrictas orientaciones de RENFE, ¿cómo romperíamos el cristal con el martillo «rompecristales»?
Lo peor de todo, es que la escena de (i)lógica me pareció una metáfora de buena parte de cómo se funciona en la Administración, por lo menos en la parte de Administración en la que he trabajado una treintena de años.
Lo dicho: a los Reyes Magos les pido un martillo o un whatsapp directo con Russell.
(tvb)