domingo, 25 de marzo de 2018

(5) MEMENTOS DE MARZO

«Viernes de Dolores»

Dolores era una persona que vivía en mi pueblo hace un buen puñado de años. Dolores padecía algún grado de deficiencia mental. Dolores tenía aspecto descuidado y de cierto desaseo. Dolores solicitaba atención con insistencia, era afectuosa y muy dolida al notar desprecio. Dolores hacía pequeños recados para algunas familias del pueblo. Dolores venía a nuestra tienda para comprar, sobre todo, para comprar recambios de fregonas. Pero Dolores venía, como Dolores, una vez al año: cada Viernes de Dolores se personaba para pedir a mi madre que le diera un regalo por su santo. Dolores siempre la besaba, pero el día de Dolores la besaba y abrazaba especialmente. Y mi madre correspondía con sincero cariño. Dolores, efusiva y agradecida, recibía el regalo y se marchaba con pocas ganas de irse. Con una mano lo apretaba fuerte contra su pecho y con la otra se limpiaba las lágrimas pasándose su mandil por el rostro. Dolores seguía viniendo a comprar durante el resto del año. Mi madre no olvidaba adelantarse, con algún pequeño obsequio, al próximo Viernes de Dolores. Dolores y mi madre no se resignaban a que cada día no fuese también algo de viernes, ni tampoco a que los dolores agotasen por completo el tiempo de los días. La imposible redención siempre tuvo una cita en nuestra casa: la cita de todos los viernes.


(tvb)


[Imagen de una obra de Ángel González]