A Julio González y Paco Aranda
Cualquier día de esta fea vida
veré pasar por mi puerta
un estridente cortejo de sabios
que roe con incisiva andadura
el viejo manto de la verdad.
Cualquier día de muerte serena
cerraré los ojos ante el río
para oír en silencio pasar
los quejosos cantos de un niño
al son del toque de queda.
Todos los días de esta vida muerta
esperaré a verla llegar
frente al río
delante de la puerta
sí, al igual que un día cualquiera.