Simbólicamente la sociedad vasca está secuestrada por ETA, es rehén de ETA y cumple en una parte importante de la sociedad todos los síntomas que hacen que el rehén desarrolle tanto miedo que quiere que al secuestrador le salgan bien las cosas. Todo eso se cumple punto por punto en la sociedad vasca. Euskadi es una enorme metáfora de secuestro por parte de ETA y por eso hay una identificación con el agresor. Por eso lo más eficaz para minimizar el efecto de ETA era la ilegalización. Pero ahora hay otros efectos, hay un deseo profundo en una parte de la sociedad vasca de que no tengan que cumplir sus condenas, de que la ley no exista, de que puedan volver a las instituciones, aunque no asuman ninguna responsabilidad sobre el pasado, e incluso hay una cierta complicidad para que se pueda tener que pactar con ellos el relato común del pasado, del presente y del futuro. Es una verdadera aberración porque significa impunidad histórica.
Maite Pagazaurtundua, entrevista en Diario Vasco, 12-2-2011
[Ciertamente, así es, y así es de conocimiento, sin necesidad de estadísticas ni de florituras sociológicas. El camino de la justicia es largo, muy largo, y nuestros pasos son muy cortos, extremadamente cortos. En el próximo tramo de ese camino se va a poner a prueba la idea de memoria histórica. Aquí vamos a ver cómo a algunos, con la amnesia, se les achican aún más los pasos hacia la justicia, aunque harán todo lo posible para que se imponga la idea y la visión de que estamos dando un largo paso hacia la paz. Claro, que el atajo hacia la paz no siempre es el sendero de la justicia y los pasos dados en éste no son conmensurables con los dados en aquél.]