martes, 2 de abril de 2019

HABITAR, ESCRIBIR Y MORIR


La muerte no es un dato, es un hecho; y darle cierto sentido mata más que la misma muerte.

(tvb)

Fragmentos de un discurso de Rafael Sánchez Ferlosio. Descanse en paz, una paz sin sentido único. 

«Así como un puñado de virutas de hierro que yacen inertes e independientes las unas de las otras se erizan de pronto y se disponen y orientan todas ellas en un único sentido bajo la acción del campo magnético de un imán, de análoga manera el “campo de sentido” de la contextualidad lingüística apresa y orienta las significaciones en un único sentido; y es esta orientación unívoca y bien determinada lo que produce lo que llamamos un “argumento”.
La idea era la de que el sentido anula la contingencia de los hechos, los despoja de su facticidad y los degrada a datos.
Aristóteles, en su defensa del argumento, percibe claramente el achaque de la historia: su deficiencia en conexiones lógicas; pero al preferir el tipo de argumento que aporta la ficción, siempre mejor o peor trabado, y apagar la contingencia, parece buscar la paz del alma, eligiendo, frente a la turbadora turbulencia de los hechos, la limpia e inteligible consecuencia lógica. El amor a la consecuencia o congruencia se revela como un sedante estético: al estridente, rayante, chirriante, incomprensible, zumbido y frenesí de un mundo malo, todos prefieren la música.»

(Rafael Sánchez Ferlosio, 2004)

Enlace a vídeo y texto del discurso de entrega del Premio Cervantes 2004: