martes, 16 de octubre de 2012

Ja s'ha acabat el partit? No!


"José Díaz" es el nombre de una calle de Sevilla que está cercana, por uno de sus extremos y siguiendo el hilo de la calle “Doctor Marañón”, al Complejo Hospitalario Virgen Macarena. Por el otro extremo desemboca en la avenida “Concejal Alberto Jiménez Becerril”, paralela esta al río Guadalquivir, del que la separa el “Paseo del Rey Juan Carlos”. La entrada a esta avenida dedicada al concejal asesinado por miembros de la banda terrorista ETA, cae entre el “Puente del Alamillo” y el “Puente de la Barqueta”, de suerte que uno se vería situado frente a "Isla Mágica" y, más aún, frente al hotel “Barceló Renacimiento”. Si en esa ubicación el viajero gira a la izquierda y sigue caminando por la avenida, dirección “Puente de la Barqueta”, se encontrará que la siguiente calle paralela a “José Díaz”, y perpendicular a la avenida,  es la calle “Maimónides”, dedicada a quien fuera autor de la maravillosa obra titulada Guía para perplejos

Pues bien, perplejos se quedarían muchos al comprobar que el partit del nacionalismo catalanista no solo no ha terminado, sino que hace bastante tiempo que comenzó a jugarse. Y perplejos, también, al comprobar que no han sido pocos los que, en cada nuevo inicio del perpetuo partit, creyeron que se podía jugar con los nacionalistas de forma totalmente deportiva, pero que al final de su participación terminaron decepcionados y reivindicando el mando de un único árbitro, como también el mantenimiento de una unidad necesaria para jugar y  para la propia existencia de los jugadores. 

Uno de los importantes jugadors que ejemplifican esa deriva de la visión del problema catalán, como problema nacionalista, lo fue José Díaz, quien ostentó el cargo de Secretario General del Partido Comunista de España desde el año 1932 al 1942, año de su fallecimiento. A este dirigente comunista se le nombró, el primero de mayo de 2005, Hijo Predilecto de la ciudad de Sevilla. La verdad es que no se sabe si Díaz estaría muy conforme con tal nombramiento, pues este le hermana con otros hijos predilectos de la ciudad a los que él calificaría, sin dudarlo, de fascistas y a los que sin dudar consideraría necesario aplicarles medidas de aniquilación. Lean, lean, si no me creen, por ejemplo, el libro Tres años de lucha donde se recogen discursos y textos del mismo José Díaz. Las cosas de la historia son así: no solo los fascistas hablaron de aniquilar al enemigo. Pero las cosas de la Historia son asao: para los historiadores orgánicos hay, por un lado, buenas intenciones de aniquilación y, por otro, perversas intenciones de exterminio. En la historia hay hechos, en la Historia manipulaciones y en la memoria del partit mucho maniqueísmo. ¿Cómo sería una memoria que pensase los hechos singulares como acontecimientos de significación moral y universal, pero no totalizante? ¡Uffffff, qué complicado abrirse camino entre tanto particular y general convertidos en  algo absoluto, en el todo! Sí, sí, en el todo. Y esto ocurre hasta en medios de comunicación cuyo objeto son las noticias deportivas. Como botón de muestra, aquí estas líneas de opinión de un articulista del diario Sport en su edición del pasado día cuatro de este mes de octubre. El periodista  comenta la polémica suscitada por el despliegue previsto de la senyera en el Camp Nou el día del partit:

"Una polémica que, afortunadamente, no traspasa las fronteras de Catalunya. Porque aquí todo el mundo, sea cual sea su procedencia, entiende lo que es y lo que significa Catalunya. Y el Barça."

¿Se entiende o no? ¿Polémica en Cataluya sobre la esencia y el sentido de Cataluya y el Barça? No la hay, y si la hay, tampoco la hay, pues no hay ni posibilidad de que la haya. ¡Aquí todo el mundo entiende lo que hay que entender! ¿Se entiende o no?

Bueno, a lo que íbamos, es decir, al perceptible cambio de tono en las palabras de José Díaz respecto del problema catalán, en cuanto problema nacionalista. En un discurso pronunciado en el Monumental Cinema de Madrid, el 2 de junio de 1935, José Díaz enumera los puntos que conforman  la conocida propuesta del PCE de un programa de Concentración Popular Antifascista. En el segundo punto de tal programa decía: "2º Liberación de los pueblos oprimidos por el imperialismo español. Que se conceda el derecho de regir libremente sus destinos a Catalunya, a Euskadi, a Galicia y a cuantas nacionalidades estén oprimidas por el imperialismo de España." Más claro ni el agua cristalina de Vichy Catalan: ¡Imperio español! ¿Les suena esto dicho en la actualidad y tras más de una treintena de años viviendo el Estado de las Autonomías? ¿De verdad s'ha acabat el partit que tanto tiempo hace que comezó? 

Ahora bien, no menos claro (y significativo para captar una evolución en el acento de la cuestión) es este fragmento de su conferencia pronunciada en Barcelona, en la tribuna de la Unión Iberoamericana, el 29 de noviembre de 1938, y con el título "Lo que España enseña a Europa y América". ¿Españolizar? ¿Izquierda unamuniana? A algunos seguro que se lo parece. Pero leamos, leamos, porque si estos tres momentos que siguen de la conferencia de José Díaz fueran otros tantos de alguna intervención de un político actual, (salvando la diferencia entre desastre bélico y desastre económico), no hay que tener mucha imaginación para anticipar qué se diría de los mismos:

"Además, existe cierta competencia entre diferentes organismos del Estado, que deberían colaborar estrechamente. El gobierno acaba de decidir la centralización de todo el abastecimiento, tanto civil, como militar. Es un gran paso, aunque habrá que corregir sobre la marcha algunos detalles que dificultan su mejor realización práctica. Igual habrá que hacer con todos los recursos vitales del país y, en primer lugar, acabar de poner el mayor orden en toda la producción de guerra. Y en este camino, el gobierno no puede encontrar más que la ayuda de todos, sin que pueda entorpecer lo más mínimo cualquier pequeño interés particular.

"Hoy adquiere un interés mayor que nunca la unidad entre los pueblos de España. Y la adquiere porque algunos traidores, entrelazados con hilos invisibles con los que quieren aniquilar nuestra independencia, arrecian en su labor criminal de querer provocar una separación entre Cataluña y el resto de España. Bajo la máscara de un autonomismo que no es sino un separatismo reaccionario disfrazado, se trabaja en la sombra por concertar una paz por separado. Eso, nunca. Sería el triunfo de Franco y de los invasores. ¿Será necesario repetir una vez más que Cataluña no se puede salvar separada del resto de España, y que la libertad y la independencia de Cataluña están íntimamente, totalmente vinculadas a la libertad y a la independencia de todos los pueblos de España?"

"Pero España no es Checoslovaquia. Y en Cataluña no puede haber sudetes. España resiste y vencerá con la unidad de sus hombres y de sus pueblos. El asegurar la unidad entre Cataluña y el resto de España, el buscar los medios que consigan un mejoramiento de sus relaciones, es la gran tarea que compete a todas las organizaciones populares, y fundamentalmente al gobierno de la República y al de la Generalidad de Cataluña. No puede haber ningún terreno en el cual no se pueda colaborar abiertamente para afianzar esta unidad. Si es necesario establecer el método de relaciones o crear el organismo conveniente para que estas relaciones se desarrollen con normalidad, no hay que vacilar en hacerlo. Y de esta manera se logrará localizar a quienes están interesados en dificultar o en impedir esta unidad, y entonces se puede proceder contra ellos sin contemplaciones. El problema es entenderse y trabajar de acuerdo, porque la unidad de Cataluña con el resto de España es una condición vital para la victoria."

¡Madre del amor hermoso, qué diferencia con el enfático punto del programa  de Concentración Popular Antifascista! Qué diferencia con los actuales políticos izquierda concentrados por el populismo antineoliberal. Es verdad que los revolucionarios de hoy no hablan ya de exterminar al neoliberal fascista, pero también le faltan arrestos revolucionarios para pronunciar contra el catalanismo separatista, reaccinario y neoliberal las nítidas palabras de José Díaz proferidas en aquella Barcelona de 1938. Y es que hoy, como ayer, el partit aún no ha terminado. Hoy -en medio de una profunda crisis económica-, como ayer - en medio de una guerra-, el nacionalismo catalanista solo mira hacia sí mismo y para sí mismo. Pero por lo visto, no se sabe cuántas veces los hechos de la historia habrán de tener lugar para que la memoria crítica y democrática se deje oír frente a una Historia y una memoria sectarias a fuerza de la inercia totalizante de los nacionalismos.

Fer i desfer, és treballar pel diable


(Continuará con Manuel Azaña, Michael Ignatieff y algo sobre on vas amb les banderes)