jueves, 6 de diciembre de 2012
... alma ... y vida...
[Dos poemas de Encarna Amat Berenguel,
seleccionados de su libro Las palabras que habitan en mí.]
IV
Un alma,
a los ojos de otra alma
se asoma,
y en sus verdes aguas
la propia imagen ve reflejada,
y como en un espejo se reconoce.
Frente a frente,
labio sobro labio,
con titilantes dedos se rozan.
Y un imborrable rastro de estrellas
van dejando,
de lunas blancas
y deslumbrantes soles.
Dos cuerpos inmortales
en el crepúsculo del alma
se han amado,
y hay verdes peces,
que de su estallado abrazo,
como coralinos pájaros, hacia el cielo
navegan volando.
VII
Mi vida he apostado
en largas partidas de cartas,
y la he perdido, a veces,
y he observado su transcurrir de ave ajena
desde mi incómoda silla de perdedora,
luego la he recuperado siempre,
robando el azar sus fuerzas, doblegadas,
y la he contemplado dentro de mí,
como un extraño y doloroso regalo.
Sin embargo,
no esperaba ya nada,
tan sólo latir
cada minuto un minuto más,
y sentir frío, de madrugada,
y poder resguardarme
en unos hombros libres de renuncia,
y descansar,
en la caída madriguera del abrazo.
No esperaba ya nada.
Y sin embargo encontré
mi vida entera, para recorrerla sin prisa,
como una excitante promesa,
que en mis manos
aleteaba.
(E. Amat Berenguel. Las palabras que habitan en mí)