domingo, 3 de febrero de 2013

DE TI


A Cristóbal Auladell

DE TI, que eres espanto de oscuridades,
no me excitan tus cálidos arabescos,
las prístinas y adámicas esencias,
esos inveterados y divinos fundamentos;
porque antes que nada, tú eres
feliz infancia al perderme
en los frutales, aledaños y pinares;
antes, sí, que dócilmente ajustarme
al simétrico correr de plazas y calles.

No siento ningún miedo al abrazarte,
pero temo con angustia de viejo niño
cada renacer para otra vez perderte;
no busco con brújula tus ocultos caminos,
confiado voy rodando por la Tierra
sin huellas de polos imantados;
insolente, y a la deriva, navego por la mar
alegre y risueño vuelo por tus cielos,
sin bitácora ni bendita carta astral.