jueves, 16 de enero de 2014

Poesía, ¿intimista o social o política?

En 1990, hice un viaje a Granada con un amigo de ayer y de hoy, el letrado y poeta (Derecho y Literatura, ¡letras!) Lauro Gandul Verdún. Conversamos, entre otras cuitas, sobre la manoseada idea de la poesía social. Le aventuré mi impresión de que toda poesía es social, de que en todo poema hay una mediación social. Un poema podrá ser un canto de lágrimas íntimo para el poeta, pero un poema transciende al poeta, lo quiera o no la voluntad de este. Un poema aparente de amor, y si además no es de amor aparente, puede ser un poema al arte mismo, a la belleza misma, al amor en sí mismo, en el que se recostruyen los sujetos  en su hábitat de «esquinas olvidadas» y «avenidas infinitas». ¿Acaso no es social, política o, incluso,  poética de lo estético toda reconstrucción poiética del sujeto?

Leáse, pues, sin mojigaterías, desde lo insoslayable de lo social y de político, el siguiente poema de Lauro Gandul Verdún, que he capturado de su blog literario «CARMINA»: