viernes, 21 de febrero de 2014

Venezuela y Ucrania

En estos dos países, salvando las diferencias, mutatatis mutandis, imperan gobiernos autoritarios que ejercen el poder de forma antidemocrática y que son apoyados por grupos que usan de forma ilegítima la violencia. Las manifestaciones de protesta realizadas por una gran parte de las poblaciones son reprimidas con asesinatos políticos y detenciones que violan los derechos humanos. La falta de una condena clara y rotunda de esas actuaciones gubernamentales y progubernamentales supone una complicidad moral por omisión. Quienes pretenden excusar las mortíferas represiones, apelando a la existencia del enemigo externo e interno de las patrias, son algo más que cómplices morales por omisión. Y quienes claramente llaman al fusilamiento de los líderes opositores son, como esos mismos gobiernos y sus apoyos criminales, merecedores de igual condena y repulsa que estos. Frente a eso, es un deber democrático reivindicar que la convivencia social y política esté presidida por la libertad, la justicia y la igualdad, principios ineludibles de toda forma de gobierno democrático. Tiranía en nombre de la libertad, injusticia en nombre de la equidad y nuevas oligarquías en nombre de la igualdad, es lo que gobierna en Venezuela y Ucrania.