A Humberto,
mi «hermano» en su exilio.
Que no bajéis vuestra guardia
pues aunque muerto el viejo amo,
no se fue con él la rabia:
retoños de bien pagá
por la nueva aristocracia
de fervientes escuderos,
especie parasitaria
y por siempre tan dispuesta
-servidumbre voluntaria-
a ser el fiero enemigo
de burguesa democracia.
Que no bajéis vuestra guardia
pues aunque muerto el viejo amo,
no se fue con él la rabia:
permanece la mentira,
revolución rutinaria
de vecinos comisarios
con voluntad arbitraria,
de embajador emisario
-con el alma adoctrinada-
coartada sanitaria
propaganda destacada.
Que no bajéis vuestra guardia
pues aunque muerto el viejo amo,
no se fue con él la rabia:
maquinaria del Partido
sicarios de burocracia
fe de la revolución,
pesadilla de una Arcadia
donde los ricos son parias,
los pobres ricos corsarios,
y la libertad un sueño
de la fe reaccionaria.
Que no bajéis vuestra guardia
pues aunque muerto el viejo amo,
no se fue con él la rabia:
aún quedan carceleros
en la pila funeraria;
aún restan muchos presos
de castrista inquisición;
utópica pesadilla
sueños de revolución;
las aperturas en cierre
el capital bermellón.
…
Que no bajéis vuestra guardia
a más y más corrupción;
pues aunque muerto el tirano,
no se fue con él la rabia:
más y más noveles amos.
(tvb)