lunes, 27 de febrero de 2017

ANDALUCÍA, POESÍA Y LIBERTAD.


Cuando esos poetas, que van siempre de oficialista oposición al canon, al modelo, a la ejemplaridad y a la oficialidad, sin embargo, alcanzan para sí (y los suyos) el clímax de ser ellos mismos el canon, el modelo, la ejemplaridad y, en definitiva, ser los poetas oficiales del poder, e incluso ser la mismísima potestad cultural,  entonces algo apesta a muy corrupto en la política y en la cultura. Así, la poesía la consolidan como una política de dominio y de sumisión. Y si, además, esto sucede en un espacio público, bajo la forma de un espectáculo representado al amparo de instituciones, que se dicen jurídicamente democráticas, entonces la corrupción es la más perversa que quepa temer, pues afecta al tuétano del espíritu de una sociedad. Es una consecuencia más de intentar convertir en un régimen lo que solo debería ser un tipo de gobierno y una forma de vida que primen la autonomía personal y colectiva. Pero siempre cabe la esperanza: donde hay dogma, hay herejía; donde hay impostura y mascarada, hay una denuncia que se escribe con valentía y valor de poesía. Con ironía y sátira democrática. De algún modo, si la libertad es metapoética, es más libertad cuanto más poética. Así pues, que viva Andalucía libre, o sea, la libre ciudadanía de sus personas. 


(tvb)