jueves, 9 de febrero de 2017

¿EXAMEN DE CONCIENCIA?

Arcanos de navegación: despojos de un naufragio moral. (Cont.)

Hace unos días, leí un artículo del que selecciono sus líneas finales. Nada más acabar de leerlo, pensé que se trataba de un singular examen de conciencia a propósito de una declaración de admiración. Pero lo cierto es que no sé bien cómo interpretarlo del todo. 
¿Se trataría de una confesión de parte, con su correspondiente contrición y arrepentimiento, o sea, hecha con dolor de corazón por el mal causado y con firme propósito de enmienda (reparación del daño) así como de no volverlo a realizar? O, por el contrario, ¿aquí asistiríamos a una cínica e irónica forma de aviso para navegantes, es decir, a una sutil advertencia de que las cosas seguirán siendo así? 

Porque de ser lo primero, ya se estaría tardando mucho en ejecutar, a la luz de todos, la reparación del mal. Y, de ser lo segundo, ¿qué deberíamos pensar y hacer, sobre todo, la próxima vez que alguien manifieste que se ha vuelto a tachar (acallar) la palabra de un escritor o de un pensador?

Hombre, yo sé que solo por preguntar esto, ya casi estaría uno pronunciando el «no» y, por tanto, fuera de la fila de los tambores. A veces, me gustaría no pensar, pero no puedo: uno es uno, y no se aviene, así como sí, a la palabra del «Uno». 

(tvb)


«Porque en la vida literaria, y en la vida periodística relacionada con la literatura, se ha mantenido la impostura de tachar al que dice no como si a todo hubiera que decir sí, y absolutamente sí, ante toda iniciativa u ocurrencia que circule con el ruido con que acostumbran a suceder estas cosas. Mucho tambor y nadie en contra.» (Juan Cruz, en: