jueves, 6 de enero de 2011

Amabilidad y consideración

Un 25 de diciembre, la siguiente conversación telefónica:

-          Sí, dígame.
-          ¿Está “X”?
-          No, ha salido. ¿Quieres que le diga algo?
-          ¡No me digas que otra vez no está!
-          (tu tu tu tu tu tu …)

(Y todo esto sin mediar felicitación alguna. Y,  por supuesto, tampoco salutación que valga).


La diligencia, la atención, la comprensión y las buenas maneras no son patrimonio exclusivo de las personas bien vistas, bien escuchadas, bien manoseadas, bien olfateadas y bien lamidas. Hay veces que damos con gente muy poco relamida,  de extraño olor, intocable, mal escuchada y mal vista que, pese a esto, es diligente, atenta, comprensiva y bien educada. ¿Dónde? En el aparcamiento de los tendidos 1 y 2 de una plaza de toros: en efecto, un gorrilla.