¿Alguien piensa que el reciente anuncio de la banda terrorista ETA puede interpretarse como una apelación de los terroristas a que funcione la democracia y la discusión pública? No sé si hay alguien que lo piensa, pero sí que hay “uno” que lo dice bien claro en una entrevista:
“P. ¿Y ahora qué? ¿Cómo imagina el final de este proceso?
R. Es prematuro decirlo. La gran diferencia con situaciones anteriores es que [los etarras] abandonan definitivamente la lucha armada y no aparecen como interlocutores. No han ha exigido una negociación en la que sean parte. Lo más que dicen es que el Gobierno español y el francés dialoguen para llegar a puntos que por supuesto a ellos les interesan. Es curioso, porque, en definitiva, aunque con el lenguaje críptico que suelen utilizar, están apelando a que funcionen la democracia y la discusión política. Ahora, en la dinámica de cualquier organización armada comienza todo un andamiaje de entrega de las armas y de situaciones colaterales en el ámbito político para defender algunos de los postulados políticos de la organización. Serán el Estado, la justicia, las instituciones, las que establezcan esa pauta.”
Como a este "uno" le avala una contrastada y meritoria carrera de lucha contra los terroristas, no voy a tener más remedio que creer que también lo piensa. Y si lo piensa este "uno" que tanto conoce y sabe del asunto, ¿por qué no va a ser correcta dicha interpretación? Confieso que en mi condición de filósofo (i.e. quien rastrea con celo detrás de la verdad práctica) no me lo pone fácil, pues esa condición me impide aceptar la validez de algo sólo por la autoridad que la sostiene. Así que he rastreado en busca de otra opinión algo más extensa, con más matices y más argumentaciones. Claro que también como filósofo (i.e. quien problematiza las opiniones), he indagado en “otro” que aportase hechos y argumentos suficientes para, al menos, poder dudar razonablemente de la validez de esa interpretación de nuestro “uno”. ¿Qué criterios he utilizado para buscar al “otro”? Además de sus connotaciones críticas, he elegido títulos de artículos que, en sí mismos, estuviesen directamente relacionados con el asunto, pero que a la vez hubiesen sido escritos con anterioridad. He preferido atenerme a un único “otro”, pues –tratándose de justicia- me parece más relevante la coherencia interna que la coincidencia con los demás: "Los herederos de ETA", "¿Sólo debe terminar ETA?" y "¿Qué paz queremos?".
Desconozco, por supuesto, la conclusión que sacarán quienes acudan a los enlaces indicados para encontrar lo que dice “uno” y “otro”. A mí, por lo pronto, me convencen las palabras de “otro”, y mucho Cicerón habrá de acompañar a “uno” para que acepte sus motivos como si fuesen razones. Bien es verdad que, como decía Ovidio, quod fecit quisque tuetur opus, o sea, que cada persona defiende la obra que ha hecho. Pero también es cierto que, según Zacarías, quien toca la brea corre el riesgo de ensuciarse con ella. ¿Cómo se puede interpretar el llamamiento que hace ETA a los gobiernos (español y francés) de "abrir un proceso de diálogo directo" (dixit ETA en su comunicado) como si ETA llamase a los gobiernos a hablar entre ellos dos solos de algo que por supuesto le interesa a ETA? ¡Cómo se están poniendo las cabezas!