"Las víctimas se mueren, y es bueno que así sea, porque son legión desde hace ya tiempo. También los verdugos la palman, por fortuna y conforme a la ley de la muerte biológica. Pero en ambos bandos nacen sin cesar nuevas generaciones, y entre éstos, troquelados por la procedencia y el ambiente, vuelve a abrirse el viejo e infranqueable abismo. El tiempo, un buen día, lo cerrará, no cabe duda. Pero no debe improvisarse una mala reconciliación, irreflexiva y errada que acelere ya desde ahora el proceso de maduración. Al contrario: puesto que se trata de un abismo moral, es razonable que permanezca por el momento abierto;..."
(Jean Améry. Más allá de la culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la violencia.)