sábado, 11 de febrero de 2012

El asunto Garzón: democracia y conciencia

En la entrada de este blog correspondiente al 20 de enero de 2012, con título "Panóptico y panaudio", se sostenía la idea de que el centro del asunto Garzón estaba en "forjarse una conciencia tal que se haga lo que se haga no se es consciente de actuar contra la ley". Hoy, dos semanas después y tras conocerse ayer la sentencia del Tribunal Supremo en el que se conoce como caso de las escuchas de Gürtel, se comprueba que esa idea no sólo se deduce del decir y hacer del magistrado, ahora ya condenado por el Tribunal. En efecto, ha sido el mismo Garzón y una hija suya quienes de forma explícita han venido a confirmar mucho más que la verosimilitud de lo sostenido en este blog. Por parte de Garzón,  en su alegato final de otro juicio que se sigue contra él por el caso conocido como la investigación de los crímenes del franquismo, este magistrado ha declarado que el tribunal del hombre es su conciencia y que la suya está tranquila. Asimismo, por otro lado, María Garzón -hija del magistrado- hizo pública ayer -tras conocerse la sentencia que condenaba al magistrado Garzón en el caso de las escuchas- una carta cuyo final era el siguiente: "Ustedes hoy brindarán con champán, pero nosotros lo haremos juntos, cada noche, porque sabemos que mi padre es inocente y que nuestra conciencia SÍ está tranquila".
Hasta donde me alcanza, sólo un columnista de los diarios de mayor tirada acogió ayer la cuestión de la conciencia (o autoconciencia) de Garzón como la temática central de su artículo. El titular de éste, Santiago González, despliega muy agudamente los graves peligros de basar y justificar la acción de la justicia democrática en la conciencia de los jueces. Tan solo esto sería suficiente para que los demás ciudadanos fuésemos tomando conciencia cívica del verdadero alcance de un tal fundamento. ¿Cabe, en sentido democrático, autosometerse a la conciencia del Uno?  ¿Cómo es ésta conciencia del Uno: laxa, rígida, universal, personal, de clase, jurídica, política, moral, religiosa, desdichada, etc.? Esta es la principal conexión que el asunto Garzón tiene con la dimensión de LO político y de LO moral. Del aspecto jurídico-legal se ha ocupado el Tribunal Supremo y, en caso de recurso, lo harían otras instancias. Y de su vínculo con LA política y LA moral, ¿quien se ocupa? Pues está a la vista: los voceros, y no precisamente de la justicia, sino de la consigna y del tópico partidista. Por cierto, especie esta -la de los voceros- muy extendida a izquierda, derecho y centro. Es la única que no sufrirá recortes y si se apura hasta recibirá subvenciones.