domingo, 5 de febrero de 2017

GRANITO DE AMISTAD.

A Rafael, Esther y Tomás.

y un rayo de luz triangular

de dulce amor fraterno

ilumine con la amistad 

al sentir la hora en el reloj
de la oscura plaza pública


(tvb)


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«Del mismo modo que el papel moneda circula sustituyendo a la plata, así circulan en el mundo, en vez del respeto verdadero y la verdadera amistad, las demostraciones y la afectación externa, la imitación y la mímica más naturalizada posible con que se las imita. […] La verdadera y genuina amistad presupone la participación objetiva y absolutamente desinteresada en la dicha o desdicha del otro, y la identificación real de uno mismo con el amigo. Se opone de tal manera al egoísmo de la naturaleza humana, que una amistad verdadera pertenece a ese tipo de cosas que, (…), no se saben si existen realmente o si sólo habitan en el reino de la fábula. No obstante, hay lazos entre los hombres que si bien se basan en ocultas motivaciones egoístas de muy diversa índole, poseen un granito de esa verdadera y genuina amistad; lo que basta para ennoblecerlos de tal modo que muy bien puede permitírseles adoptar con cierto derecho, en este mundo de tantísima imperfección, el nombre de “amistad”. Por lo menos tales lazos se encuentran a enorme distancia de lo que son las relaciones comunes, que suelen ser de tal naturaleza que nos veríamos obligados a no volver a cruzar palabra con la mayoría de nuestros “buenos conocidos” si pudiéramos oír cómo hablan de nosotros en nuestra ausencia.»


(Arthur Schopenhauer. Aforismos sobre el arte de saber vivir. Trad. y prólogo de Luis Fernando Moreno Claros. Presentación Carlos García Gual. Madrid: Ed. Debate, 2000, págs. 185-186)